Programa 1x07
Crímenes rituales:
El exorcismo del Albaicín
WWW.ELFACTORENIGMA.COM
1x13 Evento Tunguska. Enigma en Siberia.
1x12 Rendlesham Forest. OVNIS y militares
1x11 Los OVNIS en la sierra de Madrid
1x10 Los curiosos fuegos de Laroya
1x09 El extraño caso del cabo Valdés
1x08 Las luces de Lubbock
Nuevo elemento
1x07 Crímenes rituales: El exorcismo del Albaicín
1x06 El monstruo de Flatwoods - Hipótesis Feschino
1x05 Las apariciones de Garabandal
1x04 Conspiración y fantasmas en el hotel Corona de Aragón
1x03 "El Ente" ¿Qué hay de cierto?
1x02 Luces, humanoides e infiltrados. Caso Conil.
1x01 El encuentro del vuelo IB-249
HISTÓRICO DE PROGRAMAS
¡Hola, me alegro de que hayas venido! ¡Muchas gracias por volver a visitarme! Como siempre te doy la bienvenida a este pequeño rincón, donde entre libros, documentos, legajos, y cajones llenos de pruebas y objetos asombrosos, repaso junto a ti los más misteriosos sucesos. En esta ocasión me has cazado revisando información sobre dos casos terribles que tienen en común que sucedieron en España en el mismo año, y que en los dos, una persona falleció entre horribles sufrimientos víctimas de un supuesto exorcismo. No sé, eran otros tiempos, y todo lo relativo al esoterismo, el espiritismo, el curanderismo y ese mundillo ocultista estaba más a la orden del día y al cabo de la calle. Yo mismo recuerdo, haber sido llevado siendo niño a casa de una señora que con un masajito con vino y aceite, mientras musitaba unas oraciones, curaba las tortícolis provocadas por haber dormido en mala postura. Creo que hoy en día recurriríamos a un fisioterapeuta. Estos casos tuvieron en su momento mucha repercusión mediática. Revisando esos programas en la actualidad, observo un gran punto de sensacionalismo en la mayoría de esos reportajes. Recuerdo vagamente las noticias en la televisión, pues yo tenía entonces poco más de 10 años. Pero si soy sincero he de reconocer, que hasta hace no mucho, en mi mente se entremezclaban los dos sucesos. Quizá por eso hoy los esté repasando juntos, pero aunque probablemente en un futuro hable del ocurrido en la población de Almansa, en la provincia de Albacete, hoy solamente te voy a hablar del que tuvo lugar en uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad de Granada. Si lo revisamos con la mirada fría, verás como prácticamente todos los fenómenos supuestamente paranormales que sucedieron, son explicables desde un factor social, psicológico, psiquiátrico, médico y científico. Pero es casualidad que se dieran todos a la vez, en el mismo tiempo y en el mismo lugar… Como reza el título de cierta película, este caso es "Una serie de catastróficas desdichas" y serás tú quien decida si se tratan de una fatal coincidencia, o realmente existieron fuerzas oscuras detrás de los sucesos. Al fin y al cabo, se dice que uno de los éxitos del demonio es que no se crea en él… Así que acomódate mientras te preparo un té caliente que te ayude a pasar el mal trago de revivir los sucesos que fueron denominados como "el exorcismo del Albaicín". Quiero situarte en el barrio granadino del Albaicín. Si lo conoces, sabrás que tiene su propia "magia". Y sino, he de decirte que ya estás tardando. Cuando hablamos de lugares con identidad propia, este es un claro ejemplo. Un crisol de culturas empapa sus intrincadas calles llenas de recovecos. Se percibe que es un lugar vivido. Cargado con la historia de las gentes que durante siglos lo han habitado. Y esa magia de la que te hablo despierta todo tipo de ensoñaciones y leyendas cuando cae la noche. Perderse en sus callejas una vez que cae el sol te invita a pensar en misterios. En personajes embozados queriendo pasar desapercibidos mientras se traen entre manos diversos negocios y amoríos. Se trata de una mezcla, entre esa fachada embriagadora de casas blanqueadas, el sonido rasgado de una guitarra, patios con fuentes y olor a azahar, y la parte más escondida, llena de leyenda y superstición. Y en el fondo me da pena, porque según cuentan los que allí viven, que son cada vez menos, el Albaicín está perdiendo mucha de su esencia al convertirse en un enclave meramente turístico. Lo que antes era un barrio con esa esencia de gente sencilla, artistas y bohemios, está pasando a ser un decorado sin alma en el que se alojan turistas que pagan un alto precio por sus alquileres vacacionales. Pero en los años 90, la época en la que sucedieron los hechos que te quiero relatar, aún no existía esa fiebre de los apartamentos turísticos, y en el barrio las familias de siempre, vivían su existencia con sus más y sus menos, como todo hijo de vecino, con sus alegrías y sus miserias. Encarnación Guardia Moreno, de 36 años, madre de dos hijos y víctima de esta triste historia, había regresado en septiembre de 1989 de Francia, donde había residido durante 8 años, trabajando en un hotel. Allí entró en contacto con gente vinculada al ocultismo, a las misas negras y a los rituales oscuros, adquiriendo ciertos conocimientos que le permitieron jugar un papel importante en los sucesos que estaban ocurriendo en el entorno de su familia. Un tío de Encarnación , Bernardo Guardia Cirre, aseguraba que la presencia de algún espíritu le estaba acosando por las noches. La familia era cristiana, no demasiado practicante, pero si muy creyente en supersticiones. Curanderos y médiums visitaban la casa, consultados por la familia, para intentar solucionar el problema. Remedios como prender fuego a las ropas, retirar fotografías, y realizar oraciones,… dieron nulo resultado. Durante esas visitas, Encarnación forja cierta confianza con Mariano Vallejo Fuentes, de 47 años, apodado "El Pastelero", hijo de una curandera, y que supuestamente tiene facultades mediúmicas y de sanación por medio de la imposición de manos. Parece ser que durante ese tiempo hablaron de las experiencias de Encarnación en Francia, y de cómo al parecer, a través del director del hotel en el que trabajaba, había entrado en un entorno ocultista, y que a raíz de ciertas prácticas, sospechaba que estaba poseída por Lucifer, que había engendrado en su interior. En esos días se realizan en casas de allegados sesiones espiritistas en las que en ocasiones, familiares difuntos hablan a través de Encarnación. A raíz de sus manifestaciones, se llega a la conclusión de que el espíritu que atormenta al tío Bernardo es el de José Guardia Alonso, primo de Encarnación, que había fallecido 5 años antes a causa de una leucemia. Alguna de estas sesiones tuvo lugar en la casa de María Alonso Vaca, madre de José y otros 7 hijos, entre ellos Isabel y Enriqueta, de 22 y 30 años respectivamente, que después formarían parte activa del ritual de exorcismo. Este domicilio, en el número 39 de la calle San Luis, fue el lugar de los luctuosos hechos. En una de estas sesiones, según algunos testimonios, también Isabel y Enriqueta tuvieron trances en los que los difuntos hablaron a través de ellas, diciendo lo que tenían que hacer para que el alma errante de José descansara: Debían quitarse el luto e ir a comer un pollo a un sitio determinado. Esto se trataba de una promesa que alguien había hecho si José sanaba de su enfermedad. Extraña promesa, desde luego. Lo habitual suele ser prometer cierta peregrinación, o una donación o sacrificio. Pero irse a comer un pollo… En fin. Que el día 30 de enero la familia se fue a comer el mencionado pollo y posteriormente se reunieron en la casa de la calle San Luis. Parece ser, que sobre la 1 de la mañana, tras una acalorada discusión en la que algunos miembros de la familia pretendían continuar con las sesiones de espiritismo, y otros dijeron que ya bastaba de tanta superchería que no servía para nada, la práctica totalidad de los presentes se marcharon a sus casas, quedando solas Isabel, Enriqueta y Encarnación en compañía de Mariano "el pastelero" y María Alonso Vaca. Rondando la 1:30 de la mañana, la anfitriona se fue a dormir a la planta superior, quedando en la planta baja las otras tres mujeres con el curandero. Ahí fue cuando nuevamente comenzaron a hablar de espíritus y fuerzas ocultas. Tuvo lugar otra sesión espírita en la que nuevamente volvieron a sucederse los trances y el que familiares difuntos se manifestaran a través de las mujeres. Y en el estado de excitación provocado por estos acontecimientos, Encarnación decidió que aquel era el momento de expulsar el demonio de su interior. Contó a su prima Isabel sus experiencias en Francia. Daremos por hecho que Enriqueta algo sabía, incluso de los planes de Encarni, pues esta le había encargado comprar la nada despreciable cantidad de 3 kilos de sal. Básicamente, Encarni estaba diciendo que ella misma dirigiría su propio exorcismo. Repentinamente entró en un brusco trance que la dejó rígida, arqueada en el suelo tras volcar la silla, comenzó a emitir gruñidos guturales, escupiendo e insultando con voz grave, con los ojos muy abiertos e inyectados en sangre y con movimientos convulsivos. Entonces comenzó a hablar con una voz de hombre, asegurando que era el mismísimo Lucifer, que nadie podría contra él y que iba a nacer del vientre de esa mujer. Mariano intentó entonces controlar al demonio por menos de sus imposiciones de manos sobre la cabeza de Encarnación, exhortando a Satanás a abandonar el cuerpo de aquella mujer. Parece ser que las elocuentes palabras del curandero habían surtido efecto, y Encarnación, desorientada, volvió en sí y comenzó a dar las instrucciones sobre la preparación de los brebajes que iban a tener que administrarle. Fue este el inicio de una verdadera liturgia de ingesta de diferentes mezclas a base de sal, vinagre, pimienta, bicarbonato, aceite agua y azúcar. A medida que las pócimas iban causando efecto, las fases convulsivas en las que Satanás y otros espíritus hablaban por la boca de Encarni se iban sucediendo. Sobre las 3 de la mañana, estos espíritus, que por lo que se ve, querían ayudar, dijeron que había que quemar la ropa de Encarni y arrojar sus joyas por el retrete, porque estaban cargadas de fuerzas ocultas. Procedieron a obedecer las órdenes, deshaciéndose de las joyas y tras proveer de una bata a la mujer, quemando su ropa en el patio. Tras esto, ducharon a Encarnación con agua fría. Esta parecía encontrarse algo mejor tras deshacerse de sus pertenencias, y continuó dando instrucciones a Mariano, Isabel y Enriqueta: Creía que con más pociones abortaría, pero de no ser así, tendrían que sacarle al hijo que llevaba dentro. Cuando Satanás se manifestase, debían golpearla. Aparecieron vómitos y diarreas, cada vez más importantes, que mantenían a Encarni en el baño por largos ratos. Nuevamente volvieron los signos de posesión: Rigidez, la cabeza hiperextendida hacia la espalda, el cuerpo arqueado, que realizaba imposibles contorsiones, los ojos sanguinolentos que amenazaban con salirse de las orbitas, una terrible y rasgada voz que con un doble tono afirmaba ser el príncipe de las tinieblas, o que repentinamente hablaba en lenguas extrañas. Más brebajes, más imposición de manos por medio de masajes que llegaban a los puntos más recónditos de la anatomía de Encarnación. Más duchas frías. Ya despuntaba el nuevo día cuando se llama a Josefa Fajardo de 24 años y sobrina de Encarnación, para que acuda a la casa. Sobre esto dos versiones. Pues Según Isabel y Enriqueta, se le llama por orden de Encarnación. Pero según Mariano, esta se negaba a que llamaran a su sobrina. Se intuye que se le pudo llamar ante los posibles conocimientos de esta sobre métodos para provocar el aborto. Pero Josefa siempre negó tener esos conocimientos. Pepi, como la llamaban familiarmente, llegó a la casa sobre las 8:30 de la mañana, con una evidente preocupación por el estado de su tía. La encontró tumbada en el suelo, desnuda y rodeada de vómitos. Y mientras Las hermanas Guardia Alonso y Mariano le ponían al tanto de los sucesos de la noche, Encarnación sufrió la peor de las crisis hasta ese momento. Terribles convulsiones que dieron paso a una rotunda rigidez tal que formando el cuerpo un arco que apoyaba sobre la cabeza y los pies, Mariano se subió encima de su vientre sin que la rigidez cediera. Encarni parecía girar la cabeza casi 300 grados. Aullaba, gruñía, se le erizaban los cabellos poniéndose como púas… Y continuaba diciendo que era Lucifer. Demostraba una fuerza asombrosa. Ya nadie, ni siquiera la recién llegada, tenía dudas de que la posesión era real. Tras el ataque, Encarnación cae rendida. Una hora después, sobre las 10 de la mañana, despierta, y se incorpora, amenazando a la joven Josefa con que Lucifer la poseería a ella también. Nueva crisis de convulsiones y manifestaciones demoníacas. Alguien decide que hay que introducirle por la vagina una aguja de hacer punto calentada al fuego. Encarni ha quedado inconsciente. Tas la introducción del hierro candente, sale humo y un desagradable olor a carne quemada. Las exorcistas lo interpretan como que el humo es Satanás, que se marcha, pero Mariano cree que aún hay que arrancar a Lucifer de las entrañas de Encarnación. Por ello, Josefa introduce la mano por la vagina y y provoca un desgarro el cuerpo de la posesa. Hay sangre, pero ni rastro del engendro del diablo. Le aplican paños con vinagre. Encarnación ha recuperado la consciencia, y sigue tragando pócima. Prueban por detrás. Más sangre. Más desgarro. Finalmente, Josefa consigue agarrar algo y tira. Parece que al final saca algo y lo arrojan al váter. Prácticamente a mediodía, a la casa han llegado 8 mujeres interesadas por lo acontecido, y se encuentran con Encarnación tumbada, muy ensangrentada, con una respiración irregular y prácticamente inconsciente. Se empiezan a dar cuenta de lo grave de la situación, y para evitarse problemas, en lugar de llamar a una ambulancia, deciden llamar a María Luisa Garzón Sánchez, curandera y echadora de cartas. Esta, al llegar a la casa y ver el estado en el que se encuentra encarnación, les dice que no hay nada que hacer por ella, aparte de rezar. Nadie tiene muy claro cómo actuar, pues en ese momento, todos tienen la sensación de poder ser considerados cómplices de lo ocurrido. Hasta que sobre las 4 de la tarde, llega el padre de Encarnación, y espantado por el panorama, hace llamar a una ambulancia. Encarni ingresa en la UCI del hospital Virgen de las Nieves, extremadamente grave, y al día siguiente, 1 de Febrero de 1990 fallece a las 16 horas. Y esta es la narración de los sucesos de aquellos días. Para contarte lo ocurrido, he consultado varias fuentes, pero la que más fidedigna me ha parecido es la versión de los hechos de Manuel García Blázquez, forense que realizó la autopsia de Encarnación, evaluó a los acusados y siguió el caso de cerca. Narra los hechos en su libro "El exorcismo del Albayzín". ¿Quieres que te cuente algo curioso? Durante la investigación y el juicio, hubo varios problemas, aparentemente difíciles de explicar. En el reportaje fotográfico de la autopsia, se tomaron fotos polaroid, dos carretes de 36 fotos con cámara réflex y diferentes ópticas, y grabación en video. ¡Pues bien! Tras la autopsia, se dieron cuenta de que las fotos polaroid no habían salido, uno de los carretes se había velado y en el otro, las fotos salían la mitad impresionada y la otra mitad en negro. Y en el video tampoco se veía absolutamente nada. Tras darse cuenta de esto, intentaron repetir las fotos científicas con la cámara de la noche anterior y otra más. Pero al llevarlas al laboratorio,… ¡sorpresa! Los carretes estaban sin exponer, es decir. Como si esas fotos no se hubiesen llegado a sacar. ¿Quizá el demonio estaba haciendo de las suyas para que no quedaran imágenes del cuerpo? También a lo largo del proceso judicial hubo bastantes problemas con los ordenadores de personas implicadas en el asunto. La verdad es que mirándolo desde un punto de vista científico, prácticamente todos los supuestos fenómenos extraños sucedidos en este caso pueden ser explicados desde un punto de vista racional, cuando no desde la simple (o en ocasiones no tan simple) casualidad. ¿Te apetece que después de haber escuchado esta narración tan terrorífica, intentemos dejar de lado las fuerzas diabólicas y estudiemos el caso desde un punto de vista médico y científico? Probablemente tengamos que asumir que la primera casualidad es que se diese la coincidencia de varias personas, con unas características o perfiles psicológicos que, unos como inductores y otros como inducidos, encajaban como piezas de puzzle entre sí, para generar la histeria en el contexto de un lugar, un entorno social y una época propicias para estas cuestiones. Personalmente no me deja de asombrar como el delirio de Encarnación, el creerse poseída por el diablo la hizo llegar al extremo de dirigir la liturgia que la llevaría a su propia muerte. No encontró quién la desviara del destino que ella misma se había forjado. Por el contrario, la personalidad paranoide de Mariano, respaldada por la superstición y el carácter neurótico de las hermanas Guardia Alonso, sirvieron de refuerzo a sus más que nocivas ideas. Se iban retroalimentando unos a otros. Se trata de un castillo de naipes que se fue construyendo sobre sí mismo. El delirio la llevó a la histeria, que provocó los primeros ataques de posesión: contorsiones, gritos, expresión demoníaca… Estos efectistas sucesos afianzaron la convicción de que lo sobrenatural estaba presente en las mentes de las primas de Encarni y del curandero. Y una vez que las pócimas comenzaron a causar efecto comenzaron los desórdenes metabólicos y daños físicos causados por la ingestión de sustancias irritantes como el vinagre y la pimienta junto a la sal. Como por ejemplo, la inflamación de la laringe, los edemas en las cuerdas vocales, la hinchazón de la lengua… son causas suficientes para provocar la voz rota, bitonal y de ultratumba. A nivel de desequilibrios electrolíticos, el exceso de sodio en sangre, que finalmente fue la causa de la muerte por un síndrome hiperosmolar, en principio provocó lesiones cerebrales que pudieron perfectamente ocasionar trastornos del lenguaje en Encarnación que hicieran parecer que hablaba lenguas extrañas. La propia histeria y esas lesiones cerebrales pudieron dar origen a ese efecto "anestésico " que provocaba que la víctima soportase voluntariamente durante tanto tiempo los vómitos, diarreas, dolores, y las terribles lesiones que se iban provocando en su cuerpo por luxaciones e hiperextensiones musculares o vertebrales. Por ejemplo: Intenta realizar giros de cuello de 300 grados sin tener la musculatura del mismo prácticamente rota. Te imaginas, en un estado de consciencia normal, que ocurriría si alguien se subiese sobre tu vientre, como hizo Mariano con Encarnación, cuando tú lo tienes en tensión provocando que tu vejiga reviente. Pues ella ni se inmutó. ¿O te imaginas seguir tomando vasos de agua con sal mientras alguien te provoca un desgarro en el periné destruyendo tus órganos genitales o te intenta arrancar el intestino a tirones introduciendo una mano por tu ano de manera tan poco cuidadosa que destroza tu esfínter? Yo imagino que la hipovolemia generada por estas heridas añadidas a las lesiones provocadas por la sal, finalmente llevaron a Encarnación a un estado semicomatoso, que fue como se encontraba cuando finalmente fue llevada al hospital. Lo cual quizá explica que en las últimas horas el cuerpo se viese rendido y sin fuerzas, lo que llevó a los exorcistas a pensar que su misión había tenido éxito. El efecto demoníaco más complicado de explicar fue el del pelo erizado como púas. Pero parece ser que se debió a que todo el mejunje de vómitos y pócimas que se habían derramado, manchando el pelo de Encarni, habían provocado un efecto fijador. Aunque evidentemente este efecto se vio "exaltado" por la sugestión de los participantes. Y creo que no me dejo nada por darle explicación. Bueno, si. Todo el tema de las cámaras y los ordenadores durante el juicio. Pero eso me lo dejo voluntariamente. ¿Por qué? Pues porque como ya he dicho, he consultado varias fuentes el caso, y con más o menos espectacularidad, credulidad o incredulidad, en todas se habla más o menos de los mismos sucesos. Pero me ha gustado la visión neutra y científica de Manuel García Blázquez, aunque deje vislumbrar sin imponer su punto de vista católico. Y por eso en lugar de hacer spoiler y descifrar qué explicación da en su libro a los extraños sucesos que vivió como forense del caso, te dejo el consejo de que lo leas, para descubrir en que consistió esta nueva serie de casualidades. Si te interesa el caso, "El exorcismo del Albayzin", publicado por la Editorial Comares en 1992, no es difícil de conseguir, ni siquiera nuevo. Y en el podrás descubrir, además de la narración de los sucesos y la explicación que les da, un extracto de las entrevistas que tuvo con los acusados, algunos detalles del juicio, y la transcripción de la sentencia. Y hablando de la sentencia, quizá quieras saber cómo se resumió: Isabel, Enriqueta y Mariano fueron condenados a 5 años de prisión, y Josefa a dos y medio. Además fueron condenados a pagar por partes iguales, las costas del juicio, la factura del hospital, y 4 millones de pesetas de indemnización a cada uno de los dos hijos de Encarnación. Fueron condenados por lesiones e imprudencia temeraria, con atenuante de enfermedad mental. María Alonso Vaca, fue enjuiciada también, con la acusación de omisión del deber de impedir los delitos, pues resultaba extraño que estando durmiendo en el piso de arriba, no se hubiese enterado de lo sucedido. Pero finalmente fue absuelta. Y aunque este caso ha quedado prácticamente explicado, aún me queda alguna pregunta: ¿Es posible que todas esas casualidades que propiciaron que se diese ese caso, y que se diese bajo esas circunstancias determinadas, no hayan sido exclusivamente fruto del azar? ¿Y si realmente existe una fuerza, capaz de provocar el mal, pero lo hace tan sibilinamente, que lo disimula de forma que no se crea en su existencia? Todas las religiones tienen una representación del mal, y en muchas existe la figura del endemoniado y el exorcista. ¿se debe esto a un factor antropológico o cultural? ¿O realmente existe una base real para la existencia de seres malignos o energías terribles que perturban el alma, suponiendo que el alma exista? Porque.… ¿Existe el alma? ¿Es corruptible? ¿Con qué consecuencias? A estas interrogantes y a muchas más que se me ocurren, yo no tengo una respuesta. Solo puedo darte un consejo. Reflexiona, consulta, bebe información de todas las fuentes que puedas. Y si puedes, investiga. Quizá así puedas desvelar el factor enigma que descifra este caso. Yo, por mi parte, ahora debo dejarte. Vuelve cuando quieras, que estaré encantado de recibirte y contarte más historias. Te recuerdo que puedes visitar mi web en elfactorenigma.com en la que encontrarás información sobre estos casos, acceso a todas mis redes sociales e incluso si lo deseas, la versión transcrita a texto de este podcast. Y si tienes algo que contarme o quieres dejarme tu opinión sobre el caso, puedes hacerlo a través de los comentarios de IVOOX, o de las redes sociales. Suscríbete a través de cualquiera de las plataformas en las que puedes escuchar este podcast y no olvides darle al me gusta, para que así, este humilde curioso sepa que estás ahí y siga contándote cosas. Te deseo que hasta nuestro próximo encuentro seas feliz, y que jamás dejes de maravillarte ante el misterio.
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¡Hola, me alegro de que hayas venido! ¡Muchas gracias por volver a visitarme! Como siempre te doy la bienvenida a este pequeño rincón, donde entre libros, documentos, legajos, y cajones llenos de pruebas y objetos asombrosos, repaso junto a ti los más misteriosos sucesos. En esta ocasión me has cazado revisando información sobre dos casos terribles que tienen en común que sucedieron en España en el mismo año, y que en los dos, una persona falleció entre horribles sufrimientos víctimas de un supuesto exorcismo. No sé, eran otros tiempos, y todo lo relativo al esoterismo, el espiritismo, el curanderismo y ese mundillo ocultista estaba más a la orden del día y al cabo de la calle. Yo mismo recuerdo, haber sido llevado siendo niño a casa de una señora que con un masajito con vino y aceite, mientras musitaba unas oraciones, curaba las tortícolis provocadas por haber dormido en mala postura. Creo que hoy en día recurriríamos a un fisioterapeuta. Estos casos tuvieron en su momento mucha repercusión mediática. Revisando esos programas en la actualidad, observo un gran punto de sensacionalismo en la mayoría de esos reportajes. Recuerdo vagamente las noticias en la televisión, pues yo tenía entonces poco más de 10 años. Pero si soy sincero he de reconocer, que hasta hace no mucho, en mi mente se entremezclaban los dos sucesos. Quizá por eso hoy los esté repasando juntos, pero aunque probablemente en un futuro hable del ocurrido en la población de Almansa, en la provincia de Albacete, hoy solamente te voy a hablar del que tuvo lugar en uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad de Granada. Si lo revisamos con la mirada fría, verás como prácticamente todos los fenómenos supuestamente paranormales que sucedieron, son explicables desde un factor social, psicológico, psiquiátrico, médico y científico. Pero es casualidad que se dieran todos a la vez, en el mismo tiempo y en el mismo lugar… Como reza el título de cierta película, este caso es "Una serie de catastróficas desdichas" y serás tú quien decida si se tratan de una fatal coincidencia, o realmente existieron fuerzas oscuras detrás de los sucesos. Al fin y al cabo, se dice que uno de los éxitos del demonio es que no se crea en él… Así que acomódate mientras te preparo un té caliente que te ayude a pasar el mal trago de revivir los sucesos que fueron denominados como "el exorcismo del Albaicín". Quiero situarte en el barrio granadino del Albaicín. Si lo conoces, sabrás que tiene su propia "magia". Y sino, he de decirte que ya estás tardando. Cuando hablamos de lugares con identidad propia, este es un claro ejemplo. Un crisol de culturas empapa sus intrincadas calles llenas de recovecos. Se percibe que es un lugar vivido. Cargado con la historia de las gentes que durante siglos lo han habitado. Y esa magia de la que te hablo despierta todo tipo de ensoñaciones y leyendas cuando cae la noche. Perderse en sus callejas una vez que cae el sol te invita a pensar en misterios. En personajes embozados queriendo pasar desapercibidos mientras se traen entre manos diversos negocios y amoríos. Se trata de una mezcla, entre esa fachada embriagadora de casas blanqueadas, el sonido rasgado de una guitarra, patios con fuentes y olor a azahar, y la parte más escondida, llena de leyenda y superstición. Y en el fondo me da pena, porque según cuentan los que allí viven, que son cada vez menos, el Albaicín está perdiendo mucha de su esencia al convertirse en un enclave meramente turístico. Lo que antes era un barrio con esa esencia de gente sencilla, artistas y bohemios, está pasando a ser un decorado sin alma en el que se alojan turistas que pagan un alto precio por sus alquileres vacacionales. Pero en los años 90, la época en la que sucedieron los hechos que te quiero relatar, aún no existía esa fiebre de los apartamentos turísticos, y en el barrio las familias de siempre, vivían su existencia con sus más y sus menos, como todo hijo de vecino, con sus alegrías y sus miserias. Encarnación Guardia Moreno, de 36 años, madre de dos hijos y víctima de esta triste historia, había regresado en septiembre de 1989 de Francia, donde había residido durante 8 años, trabajando en un hotel. Allí entró en contacto con gente vinculada al ocultismo, a las misas negras y a los rituales oscuros, adquiriendo ciertos conocimientos que le permitieron jugar un papel importante en los sucesos que estaban ocurriendo en el entorno de su familia. Un tío de Encarnación , Bernardo Guardia Cirre, aseguraba que la presencia de algún espíritu le estaba acosando por las noches. La familia era cristiana, no demasiado practicante, pero si muy creyente en supersticiones. Curanderos y médiums visitaban la casa, consultados por la familia, para intentar solucionar el problema. Remedios como prender fuego a las ropas, retirar fotografías, y realizar oraciones,… dieron nulo resultado. Durante esas visitas, Encarnación forja cierta confianza con Mariano Vallejo Fuentes, de 47 años, apodado "El Pastelero", hijo de una curandera, y que supuestamente tiene facultades mediúmicas y de sanación por medio de la imposición de manos. Parece ser que durante ese tiempo hablaron de las experiencias de Encarnación en Francia, y de cómo al parecer, a través del director del hotel en el que trabajaba, había entrado en un entorno ocultista, y que a raíz de ciertas prácticas, sospechaba que estaba poseída por Lucifer, que había engendrado en su interior. En esos días se realizan en casas de allegados sesiones espiritistas en las que en ocasiones, familiares difuntos hablan a través de Encarnación. A raíz de sus manifestaciones, se llega a la conclusión de que el espíritu que atormenta al tío Bernardo es el de José Guardia Alonso, primo de Encarnación, que había fallecido 5 años antes a causa de una leucemia. Alguna de estas sesiones tuvo lugar en la casa de María Alonso Vaca, madre de José y otros 7 hijos, entre ellos Isabel y Enriqueta, de 22 y 30 años respectivamente, que después formarían parte activa del ritual de exorcismo. Este domicilio, en el número 39 de la calle San Luis, fue el lugar de los luctuosos hechos. En una de estas sesiones, según algunos testimonios, también Isabel y Enriqueta tuvieron trances en los que los difuntos hablaron a través de ellas, diciendo lo que tenían que hacer para que el alma errante de José descansara: Debían quitarse el luto e ir a comer un pollo a un sitio determinado. Esto se trataba de una promesa que alguien había hecho si José sanaba de su enfermedad. Extraña promesa, desde luego. Lo habitual suele ser prometer cierta peregrinación, o una donación o sacrificio. Pero irse a comer un pollo… En fin. Que el día 30 de enero la familia se fue a comer el mencionado pollo y posteriormente se reunieron en la casa de la calle San Luis. Parece ser, que sobre la 1 de la mañana, tras una acalorada discusión en la que algunos miembros de la familia pretendían continuar con las sesiones de espiritismo, y otros dijeron que ya bastaba de tanta superchería que no servía para nada, la práctica totalidad de los presentes se marcharon a sus casas, quedando solas Isabel, Enriqueta y Encarnación en compañía de Mariano "el pastelero" y María Alonso Vaca. Rondando la 1:30 de la mañana, la anfitriona se fue a dormir a la planta superior, quedando en la planta baja las otras tres mujeres con el curandero. Ahí fue cuando nuevamente comenzaron a hablar de espíritus y fuerzas ocultas. Tuvo lugar otra sesión espírita en la que nuevamente volvieron a sucederse los trances y el que familiares difuntos se manifestaran a través de las mujeres. Y en el estado de excitación provocado por estos acontecimientos, Encarnación decidió que aquel era el momento de expulsar el demonio de su interior. Contó a su prima Isabel sus experiencias en Francia. Daremos por hecho que Enriqueta algo sabía, incluso de los planes de Encarni, pues esta le había encargado comprar la nada despreciable cantidad de 3 kilos de sal. Básicamente, Encarni estaba diciendo que ella misma dirigiría su propio exorcismo. Repentinamente entró en un brusco trance que la dejó rígida, arqueada en el suelo tras volcar la silla, comenzó a emitir gruñidos guturales, escupiendo e insultando con voz grave, con los ojos muy abiertos e inyectados en sangre y con movimientos convulsivos. Entonces comenzó a hablar con una voz de hombre, asegurando que era el mismísimo Lucifer, que nadie podría contra él y que iba a nacer del vientre de esa mujer. Mariano intentó entonces controlar al demonio por menos de sus imposiciones de manos sobre la cabeza de Encarnación, exhortando a Satanás a abandonar el cuerpo de aquella mujer. Parece ser que las elocuentes palabras del curandero habían surtido efecto, y Encarnación, desorientada, volvió en sí y comenzó a dar las instrucciones sobre la preparación de los brebajes que iban a tener que administrarle. Fue este el inicio de una verdadera liturgia de ingesta de diferentes mezclas a base de sal, vinagre, pimienta, bicarbonato, aceite agua y azúcar. A medida que las pócimas iban causando efecto, las fases convulsivas en las que Satanás y otros espíritus hablaban por la boca de Encarni se iban sucediendo. Sobre las 3 de la mañana, estos espíritus, que por lo que se ve, querían ayudar, dijeron que había que quemar la ropa de Encarni y arrojar sus joyas por el retrete, porque estaban cargadas de fuerzas ocultas. Procedieron a obedecer las órdenes, deshaciéndose de las joyas y tras proveer de una bata a la mujer, quemando su ropa en el patio. Tras esto, ducharon a Encarnación con agua fría. Esta parecía encontrarse algo mejor tras deshacerse de sus pertenencias, y continuó dando instrucciones a Mariano, Isabel y Enriqueta: Creía que con más pociones abortaría, pero de no ser así, tendrían que sacarle al hijo que llevaba dentro. Cuando Satanás se manifestase, debían golpearla. Aparecieron vómitos y diarreas, cada vez más importantes, que mantenían a Encarni en el baño por largos ratos. Nuevamente volvieron los signos de posesión: Rigidez, la cabeza hiperextendida hacia la espalda, el cuerpo arqueado, que realizaba imposibles contorsiones, los ojos sanguinolentos que amenazaban con salirse de las orbitas, una terrible y rasgada voz que con un doble tono afirmaba ser el príncipe de las tinieblas, o que repentinamente hablaba en lenguas extrañas. Más brebajes, más imposición de manos por medio de masajes que llegaban a los puntos más recónditos de la anatomía de Encarnación. Más duchas frías. Ya despuntaba el nuevo día cuando se llama a Josefa Fajardo de 24 años y sobrina de Encarnación, para que acuda a la casa. Sobre esto dos versiones. Pues Según Isabel y Enriqueta, se le llama por orden de Encarnación. Pero según Mariano, esta se negaba a que llamaran a su sobrina. Se intuye que se le pudo llamar ante los posibles conocimientos de esta sobre métodos para provocar el aborto. Pero Josefa siempre negó tener esos conocimientos. Pepi, como la llamaban familiarmente, llegó a la casa sobre las 8:30 de la mañana, con una evidente preocupación por el estado de su tía. La encontró tumbada en el suelo, desnuda y rodeada de vómitos. Y mientras Las hermanas Guardia Alonso y Mariano le ponían al tanto de los sucesos de la noche, Encarnación sufrió la peor de las crisis hasta ese momento. Terribles convulsiones que dieron paso a una rotunda rigidez tal que formando el cuerpo un arco que apoyaba sobre la cabeza y los pies, Mariano se subió encima de su vientre sin que la rigidez cediera. Encarni parecía girar la cabeza casi 300 grados. Aullaba, gruñía, se le erizaban los cabellos poniéndose como púas… Y continuaba diciendo que era Lucifer. Demostraba una fuerza asombrosa. Ya nadie, ni siquiera la recién llegada, tenía dudas de que la posesión era real. Tras el ataque, Encarnación cae rendida. Una hora después, sobre las 10 de la mañana, despierta, y se incorpora, amenazando a la joven Josefa con que Lucifer la poseería a ella también. Nueva crisis de convulsiones y manifestaciones demoníacas. Alguien decide que hay que introducirle por la vagina una aguja de hacer punto calentada al fuego. Encarni ha quedado inconsciente. Tas la introducción del hierro candente, sale humo y un desagradable olor a carne quemada. Las exorcistas lo interpretan como que el humo es Satanás, que se marcha, pero Mariano cree que aún hay que arrancar a Lucifer de las entrañas de Encarnación. Por ello, Josefa introduce la mano por la vagina y y provoca un desgarro el cuerpo de la posesa. Hay sangre, pero ni rastro del engendro del diablo. Le aplican paños con vinagre. Encarnación ha recuperado la consciencia, y sigue tragando pócima. Prueban por detrás. Más sangre. Más desgarro. Finalmente, Josefa consigue agarrar algo y tira. Parece que al final saca algo y lo arrojan al váter. Prácticamente a mediodía, a la casa han llegado 8 mujeres interesadas por lo acontecido, y se encuentran con Encarnación tumbada, muy ensangrentada, con una respiración irregular y prácticamente inconsciente. Se empiezan a dar cuenta de lo grave de la situación, y para evitarse problemas, en lugar de llamar a una ambulancia, deciden llamar a María Luisa Garzón Sánchez, curandera y echadora de cartas. Esta, al llegar a la casa y ver el estado en el que se encuentra encarnación, les dice que no hay nada que hacer por ella, aparte de rezar. Nadie tiene muy claro cómo actuar, pues en ese momento, todos tienen la sensación de poder ser considerados cómplices de lo ocurrido. Hasta que sobre las 4 de la tarde, llega el padre de Encarnación, y espantado por el panorama, hace llamar a una ambulancia. Encarni ingresa en la UCI del hospital Virgen de las Nieves, extremadamente grave, y al día siguiente, 1 de Febrero de 1990 fallece a las 16 horas. Y esta es la narración de los sucesos de aquellos días. Para contarte lo ocurrido, he consultado varias fuentes, pero la que más fidedigna me ha parecido es la versión de los hechos de Manuel García Blázquez, forense que realizó la autopsia de Encarnación, evaluó a los acusados y siguió el caso de cerca. Narra los hechos en su libro "El exorcismo del Albayzín". ¿Quieres que te cuente algo curioso? Durante la investigación y el juicio, hubo varios problemas, aparentemente difíciles de explicar. En el reportaje fotográfico de la autopsia, se tomaron fotos polaroid, dos carretes de 36 fotos con cámara réflex y diferentes ópticas, y grabación en video. ¡Pues bien! Tras la autopsia, se dieron cuenta de que las fotos polaroid no habían salido, uno de los carretes se había velado y en el otro, las fotos salían la mitad impresionada y la otra mitad en negro. Y en el video tampoco se veía absolutamente nada. Tras darse cuenta de esto, intentaron repetir las fotos científicas con la cámara de la noche anterior y otra más. Pero al llevarlas al laboratorio,… ¡sorpresa! Los carretes estaban sin exponer, es decir. Como si esas fotos no se hubiesen llegado a sacar. ¿Quizá el demonio estaba haciendo de las suyas para que no quedaran imágenes del cuerpo? También a lo largo del proceso judicial hubo bastantes problemas con los ordenadores de personas implicadas en el asunto. La verdad es que mirándolo desde un punto de vista científico, prácticamente todos los supuestos fenómenos extraños sucedidos en este caso pueden ser explicados desde un punto de vista racional, cuando no desde la simple (o en ocasiones no tan simple) casualidad. ¿Te apetece que después de haber escuchado esta narración tan terrorífica, intentemos dejar de lado las fuerzas diabólicas y estudiemos el caso desde un punto de vista médico y científico? Probablemente tengamos que asumir que la primera casualidad es que se diese la coincidencia de varias personas, con unas características o perfiles psicológicos que, unos como inductores y otros como inducidos, encajaban como piezas de puzzle entre sí, para generar la histeria en el contexto de un lugar, un entorno social y una época propicias para estas cuestiones. Personalmente no me deja de asombrar como el delirio de Encarnación, el creerse poseída por el diablo la hizo llegar al extremo de dirigir la liturgia que la llevaría a su propia muerte. No encontró quién la desviara del destino que ella misma se había forjado. Por el contrario, la personalidad paranoide de Mariano, respaldada por la superstición y el carácter neurótico de las hermanas Guardia Alonso, sirvieron de refuerzo a sus más que nocivas ideas. Se iban retroalimentando unos a otros. Se trata de un castillo de naipes que se fue construyendo sobre sí mismo. El delirio la llevó a la histeria, que provocó los primeros ataques de posesión: contorsiones, gritos, expresión demoníaca… Estos efectistas sucesos afianzaron la convicción de que lo sobrenatural estaba presente en las mentes de las primas de Encarni y del curandero. Y una vez que las pócimas comenzaron a causar efecto comenzaron los desórdenes metabólicos y daños físicos causados por la ingestión de sustancias irritantes como el vinagre y la pimienta junto a la sal. Como por ejemplo, la inflamación de la laringe, los edemas en las cuerdas vocales, la hinchazón de la lengua… son causas suficientes para provocar la voz rota, bitonal y de ultratumba. A nivel de desequilibrios electrolíticos, el exceso de sodio en sangre, que finalmente fue la causa de la muerte por un síndrome hiperosmolar, en principio provocó lesiones cerebrales que pudieron perfectamente ocasionar trastornos del lenguaje en Encarnación que hicieran parecer que hablaba lenguas extrañas. La propia histeria y esas lesiones cerebrales pudieron dar origen a ese efecto "anestésico " que provocaba que la víctima soportase voluntariamente durante tanto tiempo los vómitos, diarreas, dolores, y las terribles lesiones que se iban provocando en su cuerpo por luxaciones e hiperextensiones musculares o vertebrales. Por ejemplo: Intenta realizar giros de cuello de 300 grados sin tener la musculatura del mismo prácticamente rota. Te imaginas, en un estado de consciencia normal, que ocurriría si alguien se subiese sobre tu vientre, como hizo Mariano con Encarnación, cuando tú lo tienes en tensión provocando que tu vejiga reviente. Pues ella ni se inmutó. ¿O te imaginas seguir tomando vasos de agua con sal mientras alguien te provoca un desgarro en el periné destruyendo tus órganos genitales o te intenta arrancar el intestino a tirones introduciendo una mano por tu ano de manera tan poco cuidadosa que destroza tu esfínter? Yo imagino que la hipovolemia generada por estas heridas añadidas a las lesiones provocadas por la sal, finalmente llevaron a Encarnación a un estado semicomatoso, que fue como se encontraba cuando finalmente fue llevada al hospital. Lo cual quizá explica que en las últimas horas el cuerpo se viese rendido y sin fuerzas, lo que llevó a los exorcistas a pensar que su misión había tenido éxito. El efecto demoníaco más complicado de explicar fue el del pelo erizado como púas. Pero parece ser que se debió a que todo el mejunje de vómitos y pócimas que se habían derramado, manchando el pelo de Encarni, habían provocado un efecto fijador. Aunque evidentemente este efecto se vio "exaltado" por la sugestión de los participantes. Y creo que no me dejo nada por darle explicación. Bueno, si. Todo el tema de las cámaras y los ordenadores durante el juicio. Pero eso me lo dejo voluntariamente. ¿Por qué? Pues porque como ya he dicho, he consultado varias fuentes el caso, y con más o menos espectacularidad, credulidad o incredulidad, en todas se habla más o menos de los mismos sucesos. Pero me ha gustado la visión neutra y científica de Manuel García Blázquez, aunque deje vislumbrar sin imponer su punto de vista católico. Y por eso en lugar de hacer spoiler y descifrar qué explicación da en su libro a los extraños sucesos que vivió como forense del caso, te dejo el consejo de que lo leas, para descubrir en que consistió esta nueva serie de casualidades. Si te interesa el caso, "El exorcismo del Albayzin", publicado por la Editorial Comares en 1992, no es difícil de conseguir, ni siquiera nuevo. Y en el podrás descubrir, además de la narración de los sucesos y la explicación que les da, un extracto de las entrevistas que tuvo con los acusados, algunos detalles del juicio, y la transcripción de la sentencia. Y hablando de la sentencia, quizá quieras saber cómo se resumió: Isabel, Enriqueta y Mariano fueron condenados a 5 años de prisión, y Josefa a dos y medio. Además fueron condenados a pagar por partes iguales, las costas del juicio, la factura del hospital, y 4 millones de pesetas de indemnización a cada uno de los dos hijos de Encarnación. Fueron condenados por lesiones e imprudencia temeraria, con atenuante de enfermedad mental. María Alonso Vaca, fue enjuiciada también, con la acusación de omisión del deber de impedir los delitos, pues resultaba extraño que estando durmiendo en el piso de arriba, no se hubiese enterado de lo sucedido. Pero finalmente fue absuelta. Y aunque este caso ha quedado prácticamente explicado, aún me queda alguna pregunta: ¿Es posible que todas esas casualidades que propiciaron que se diese ese caso, y que se diese bajo esas circunstancias determinadas, no hayan sido exclusivamente fruto del azar? ¿Y si realmente existe una fuerza, capaz de provocar el mal, pero lo hace tan sibilinamente, que lo disimula de forma que no se crea en su existencia? Todas las religiones tienen una representación del mal, y en muchas existe la figura del endemoniado y el exorcista. ¿se debe esto a un factor antropológico o cultural? ¿O realmente existe una base real para la existencia de seres malignos o energías terribles que perturban el alma, suponiendo que el alma exista? Porque.… ¿Existe el alma? ¿Es corruptible? ¿Con qué consecuencias? A estas interrogantes y a muchas más que se me ocurren, yo no tengo una respuesta. Solo puedo darte un consejo. Reflexiona, consulta, bebe información de todas las fuentes que puedas. Y si puedes, investiga. Quizá así puedas desvelar el factor enigma que descifra este caso. Yo, por mi parte, ahora debo dejarte. Vuelve cuando quieras, que estaré encantado de recibirte y contarte más historias. Te recuerdo que puedes visitar mi web en elfactorenigma.com en la que encontrarás información sobre estos casos, acceso a todas mis redes sociales e incluso si lo deseas, la versión transcrita a texto de este podcast. Y si tienes algo que contarme o quieres dejarme tu opinión sobre el caso, puedes hacerlo a través de los comentarios de IVOOX, o de las redes sociales. Suscríbete a través de cualquiera de las plataformas en las que puedes escuchar este podcast y no olvides darle al me gusta, para que así, este humilde curioso sepa que estás ahí y siga contándote cosas. Te deseo que hasta nuestro próximo encuentro seas feliz, y que jamás dejes de maravillarte ante el misterio.